Muchas veces… cuando tenemos una vida complicada llena de decepciones amorosas y de otros tipos.. Ustedes saben. Debemos saber que hay unos peor que otros… y asi como la comida.. que nos gusta comer algo pero siempre nos cae mal.. por eso tome esta clasificación de los hombres… comparándolos con comidas.. muy bueno
El Comida rápida. Tal como las hamburguesas, éste espécimen es un buen pedazo de carne, pero nada más. Se come rápido, de afán y no es para nada saludable. Más que nada para la mente.
El Comida típica. Este tipo de hombre es siempre más de lo mismo. Las mismas posiciones aburridas, la misma conversación y la misma sensación de vacío al final. Lo peor de todo es que seguimos probando con la misma clase de hombre a pesar de que en el fondo sabemos que comeremos nuevamente mal. El del chiste idiota que ya nos sabemos de memoria. El que siempre nos lleva al mismo sitio que no nos gusta.
El Domicilio. A este tipo de hombre, sólo le interesa el sexo. Y, aunque nos cueste admitirlo y hasta atente contra nuestra dignidad, es también exactamente lo mismo que nosotras queremos de él. Así que no se sienta mal si ese hombre con el que se siente tan bien bajo las cobijas es, aparte de impublicable, jamás la invitará a un perro caliente en la esquina. Mejor. No le conviene. Es muy probable que, si se atreviera a hacerlo, usted jamás accedería
El Vino. Pero se fue...
El Risotto. El típico bueno para nada que, encima de todo, se las da de muy gracioso. El que se lava las manos de toda responsabilidad. El encantado de la vida que vive muerto de la risa, pero que niega todo cuando uno se lo pilla con las manos en la masa.
El Chorizo. Es generalmente aquel bien dotado, pedazo de carne grasosa que, a pesar de que sabemos de antemano que no es muy saludable para el corazón, regularmente consumimos. No se enamora de nosotras y tampoco se esmera en tratamos bien. Provoca de verdad mandarlo al mismísimo chorizo. Pero es adictivo.
El Pasta. Un don nadie que se adhiere a nuestras vidas como un pegote y que, para quitárnoslo de encima, toca casi diluirlo en agua, preferiblemente fría. La mejor forma de sacarlo de nuestras vidas es anunciarle de repente que está embarazada.
El Lenteja. Este hombre es un lento para todo. El indeciso que se toma unas licencias eternas para regalarnos un poco de la seguridad que necesitamos. El que se demora para todo, menos para venirse. Y por eso uno se va.
El Huevo frito. Es aquel pendejo que se las tira de loco para pasar un buen rato.
El Huevo tibio. El dudoso. Ese que nunca se siente comprometido. El que no tiene ni criterio ni voluntad para hacer nada. Al que uno termina dejando porque no es ni muy apasionado ni muy frío. El que está ahí. Y nada más.
El Huevo duro. Un huevón bien tacaño.
El Huevo revuelto. Ese energúmeno que, por cortesía nuestra, descubre que acaban de cancelarle su tarjeta de crédito y está furioso con usted.
La Huevona. La que se soporta a cualquiera o a todos los anteriores y no se atreve a mandarlos al carajo por no quedarse sola. En conclusión: ¡la que se lo deja montar de un huevón!
jajaja el chorizo y la huevona
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